martes, 2 de febrero de 2010

La terminal



Ella estaba frente a él, y muchas miradas a su alrededor...

- Juliana - mencionó ella
- Alan - respondió el.

Entre toda esa gente, ellos dos, se miraban. Alrededor de estos, el tránsito no cesaba, era un aeropuerto.

- ¿Adonde vas? - preguntó intrigado Alan.
- A donde me lleve el viento, en el caso de hoy, a las ruinas de Luin...- respondió Juliana con una indiferencia interesante.
- Voy hacia el mismo lugar. Soy un diseñador - agregó medio animado Alan, mientras sacaba una pluma y papel de su maletín - También dibujo, en mi tiempo libre.
- Soy fotógrafa y escritora, voy a conocer estas ruinas para plasmarlas en mi libro: "Pasión Natural", trata de dos personas enamoradas, pero su orgullo los destruye y los vuelve el uno contra el otro... - Ella tenía una sonrisa un tanto cínica en su rostro, y él se perdió en la misma.
- Parece como un libro perfecto - dijo Alan mientras comenzaba a dibujar a esta hermosa mujer que estaba enfrente suyo.
- Lo sé y terminará de serlo una vez que consiga estas fotos - cuando Juliana hablaba de su libro, su mirada se ponía brillante, se perdía en su propia sonrisa, aunque lo la pudiese ver.

Aun faltaba una hora para que su vuelo, ya llevaban más de media hora de estar hablando, pasado, presente, futuro y todos sus derivados fueron tocados en esos momentos. El tránsito de gente no cesaba, el aeropuerto de Itsun era el punto céntrico del mundo, nunca cerraba, sus tiendas se vaciaban cada hora, la economía de Itsun era una de las mejores a nivel mundial.

Las historias de este aeropuerto eran infinitas, peleas, amores, amistades, propuestas de matrimonio, huelgas, en sí, era como una ciudad en un espacio cerrado. Inclusive había un hotel con 35 cuartos para aquellos pasajeros que debían esperar más de 6 horas para tomar su vuelo.

- ¿Café? - preguntó Alan al terminar su dibujo.
- Sería un placer- Juliana se levantó y extendió su mano para que Alan la tomase, con la otra, tomó su mochila.

Mientras caminaban hacia la cafetería, Alan arrancó una hoja de su cuaderno, y se la entregó a su acompañante - Es tuyo , te lo regalo, mi obra maestra.

Intrigada tomó el papel y lo abrió, era un dibujo de ella, blanco y negro. En el dibujo, solo se podía distinguir a Juliana, al rededor era como un círculo de sombras, las sombras de la gente. En su rostro, había una sonrisa y una mirada perdida, su cuerpo era esbelto y hermoso, así como en la realidad. Al ver este dibujo, Juliana se detuvo, quedó pasmada, y lloró.

Nunca nadie la había visto de esa manera, nunca nadie le había regalado algo tan perfecto. - ¿Qué es esto? - preguntó entre lágrimas.

- Tu belleza es demasiado perfecta para no ser plasmada en papel y admirada...- dijo Alan viéndola a los ojos, con una sonrisa amorosa y paz en su interior.

Juliana lo abrazó y no lo soltó durante varios minutos. Cuando al fin calmó sus lágrimas, lo beso, el beso más hermoso que haya visto el aeropuerto de Itsun, la gente se movía al rededor de ellos y los evitaba, algunos inclusive tomaron fotografías de ese acto de amor, era perfecto.