martes, 27 de abril de 2010

Los hijos de una revolución

Hace más de veinte años, un pequeño grupo conocido como el M-19 creó controversia en Colombia.
Desde enfrentamientos armados, hasta asaltos a bodegas militares, muchas personas, muchos dirigentes,
padres, madres, hijos, primos, hermanos, amantes, amigos, adolescentes; en fin un sinnúmero de personas que desearon luchar por lo que ellos creían que era lo correcto.

Durante toda mi infancia yo crecí escuchando historias de este grupo, de sus luchas contra los "milicos", de sus ideales y de sus fracasos. Ivanna, me habló mucho de ello, inclusive hoy, le pido me cuente historias, y con un café, y un cigarro lo comentamos, escucho todas sus historias, sus vivencias. Ivanna, mi madre, mi héroe.

Tuve la oportunidad hace unos años, de conocer a mi familia colombiana, a mis tíos, tías y primos del M-19, no a todos, por supuesto, pero sí a muchos. Todos y cada uno de ellos me recibieron con los brazos abiertos, todos ellos me recibieron: ¡BIENVENIDO SOBRINO FERNANDO, BIENVENIDO A MI CASA! E inclusive era la primera vez que veía a muchos de ellos, y me recibían con un sonrisa en su rostro y me contaban sus vivencias.

La Chiqui, mi tía, me permitió vivir con ella, en su casa durante poco tiempo, pero lo suficiente para compartir con ella, su esposo y su hijo, con el cual nació una amistad enorme, inmediata e interminable. Te extraño primo, me gustaría verte de nuevo. Entre conversaciones con tía Chiqui, me contó de sus vivencias, de sus huídas y de cómo ve la vida luego de haber estado en esa situación. Al igual que Ivanna, ambas desearon crear vida a penas lograron escapar de su dolor y de su prisión en la que vivieron durante mucho tiempo, nos dimos cuenta de ello por la similitud entre las edades de sus hijos, y mi hermano y yo.

La vida, algo que me enseño mi madre, es algo valioso y es un regalo, después de perder a muchos de sus amigos, e inclusive a su esposo, le dio una visión mucho más amplia de lo valiosa y vulnerable que es esta.

Muchas historias he escuchado, gracias a sus vivencias, mis tíos ingleses, me contaron de que su hija, nació tras barrotes, y ella recibió sus primeros baños de sol, en los brazos de Ivanna y sus amigas, en un patio rodeada por barrotes y armas...

El nombre de Eduardo Umaña, para muchos puede ser un nombre más, pero para mí, para mi madre, y para muchos integrantes del M, es el nombre de un héroe, de una persona sin intereses, de una persona que sacrificó su calma, su paz y en determinado momento, prácticamente sacrificó su vida, por luchar por lo correcto. Eduardo, sacó a Ivanna de la cárcel, sin siquiera pedirle un centavo, salvó su vida, e indirectamente, me dio vida a mi. Su vida fue abruptamente terminada por una herida de bala, nunca lo olvidaré y nunca le dejaré de agradecer lo que hizo por mi, por más que no se lo pueda decir.

En fin, puedo seguir hablando a cerca de este tema, puedo seguir diciendo muchas historias, sigo teniendo mucho orgullo. Puedo decir que yo soy un hijo de una revolución, puedo decir que yo soy un hijo del M, y me enorgullezco de ello. Cada uno de nosotros, tiene una visión distinta de la vida que muchas de las personas que conocemos, somos artistas, fotógrafos, médicos, contadores, diseñadores, personas!!

Somos los hijos de una revolución
Somos los Hijos del M