sábado, 16 de octubre de 2010

Parte 1 - Capítulo 1 - Página 6

Roberto se dio la vuelta y en el instante en que vio el rostro de Rebecca, su mirada se expandió, el cigarrillo que tenía en su mano cayó al suelo en un momento de puro impacto, no supo como reaccionar, era la mujer perfecta, era su mujer perfecta, todo lo que una vez quiso físicamente en alguien, ella lo tenía. Lo único que pudo pensar en ese instante fue - “Tengo que conocerla”; Nicolas vio esto en su mirada y decidió dejarlos hablar.
- ¿Mariel, me acompañás al baño? Creo que si voy solo, me voy a perder en este lugar jajaja. - Dijo Nicolas con la intención de dejar que Rebecca y Roberto se conocieran.
- ¡Claro, con todo gusto! Además, yo también ocupo ir, aprovecho yo jajaja - Mariel captó de inmediato la intención de Nicolas y le siguió el juego. - ¿No les importa, verdad chicos? Por cierto hola Becca, llevaba mucho de no verte.
- No nos importa para nada - Menciono Rebecca con una sonrisa en su rostro - hola, espero que estés disfrutando mucho tu cumpleaños, ahora que vuelvan nos tomamos algo para celebrar tu cumpleaños como se debe.
- ¡Por supuesto! Me parece una idea genial. - Dijo Mariel, halagada de que la estuvieran felicitando, era en estos momentos en los que la humildad de la misma entraba en juego y se sonrojaba.

Mariel y Nicolas iban camino al baño cuando ella se detuvo en seco, puso su mano sobre el brazo de Nicolas, el cual reaccionó un poco sorprendido; Mariel generalmente no tomaba esa clase de acciones a menos que fuera algo importante.
- ¿Qué pasa? - Preguntó Nicolas un poco preocupado por la acción de Mariel
- ¡Sebastián! - Respondió ella con poco aliento.
- ¿Sebastián? - Agrego bastante asombrado.
- ¡SEBASTIAN! ¿Qué está haciendo aquí? - Mariel vio que a lo lejos estaba su novio, de pie, viéndola, con una sonrisa gigantesca en su rostro y de inmediato corrió a sus brazos, Nicolas se quedó observando hasta poder divisar a Sebastián, nunca lo había visto y quería saber como era.

Sebastián

Sebastián es un hombre de 29 años, alto, muy masculino, con barba a medio rasurar, pelo siempre corto y ordenado, es un arqueólogo, por lo que pasa viajando constantemente. Es una persona son vicios y muy tranquila, no le gusta el conflicto ni el drama, además de todo esto, su honestidad es uno de sus atributo más importantes.


Al ver que Mariel encontró la sorpresa y el mejor regalo de cumpleaños, aunque sea atrasado, le pudieran dar, olvidó todo lo que estaba haciendo y solo corrió adonde su novio. Nicolas, por supuesto, entendía lo que estaba sucediendo y no iba a hacer nada para detenerla ni le iba a reclamar lo que estaba haciendo. Por su parte, decidió buscar un lugar adonde pudiera estar más tranquilo.

Después de caminar un tiempo, encontró un lugar de su agrado, cerca del final de la propiedad, encontró un estilo de música que lo podía calmar y alejar de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, un estilo de chill-out/hip-hop que provocaba en el un paz absoluta. Al acercarse más a este lugar, pudo ver que había poca gente, y encontró una pequeña cabaña con vista al lago, por lo que decidió subirse al techo de la misma. Prendió un cigarrillo y se sentó a sentir la brisa del atardecer y mirar como las nubes cambiaban de color, poesía para sus sentidos.

No existía nada mas en el mundo en ese instante, había olvidado todo lo que lo molestaba, todo lo que lo tenía deprimido, era el momento perfecto, el final de un día. Nicolas se encontró a si mismo con la mirada perdida y una sonrisa honesta y pacífica en su rostro. “Todo esta en orden” fue lo único que pasó por su mente, todo estaba en perfecta armonía para el.

- ¿Tenés fuego? - Una voz que desconocía lo sacó de su transe y al girar su cabeza, vio el rostro más hermoso que nunca había visto. Un hombre con ojos color miel, cabello prácticamente negro, una nariz ni fina ni tosca, una proporción en todo su rostro que para Nicolas, significaba perfección.
Lo único que pudo salir de la boca de Nicolas fue - Wow...