martes, 29 de diciembre de 2009

Para Siempre

En una tarde hermosa de abril,
fue ahí donde te vi por primera vez.
Llanto había en tus bellos ojos.
Me acerque, para verte mejor "tal vez"
pensé, "es un ángel que perdió su rumbo".
Cuando dijiste que no te mirara, te abracé,
tus brazos trataron de alejarme
y se terminaron consumiendo en mi ser.

Lluvia empezó a caer en ese instante,
te tapé con mi chaqueta y te dije:
"No te haré daño, no haré más que ayudarte".
Tus ojos se envolvieron y perdieron en los míos
"¿Quién eres?" Preguntaste, "No soy nadie" respondí
"Solo soy un pasajero que te ayudara, verte me calmó y quito mis problemas."

Decidiste venir con migo
tus ojos llorosos se llenaron de esperanza;
yo solo quería estar contigo.
Pregunté tu nombre, sin ninguna añoranza
"Ana... ¿y el tuyo?" tu respuesta tranquila
me llenó de alegría. "Carlos" dije yo.
Fue ahí cuando encontramos un taxi y nos sentamos juntos, me abrasaste,
yo me enamore de ti.
Luego me contaste tu historia
yo te sujeté y te dije que te amaba
sonreíste y viniste conmigo.

Para Siempre

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